La reina de las flores no está limitada únicamente a los grandes jardines. Y es que es posible cultivarlas en terrazas y balcones de todo el mundo gracias a las rosas en miniatura, las protagonistas del siguiente artículo.
El principal cuidado que debemos dedicar a estas rosas es el riego, ya que la sequía puede acabar con ellas si el riego es muy limitado. Los rosales plantados en la tierra pueden buscar agua gracias a sus profundas raíces, pero ése no es el caso de una rosa cultivada en maceta, por supuesto.
Por ello debemos cuidar que la tierra de la maceta de las rosas en miniatura siempre esté húmeda. Una tierra seca es sinónimo de unas rosas secas.
A la hora de comprar un rosal en miniatura podemos encontrar una amplia variedad de rosas en el mercado. Lo recomendable es no fijarnos en los rosales vendidos en composiciones florales, ya que aunque son muy “bonitos” al inicio, son muy difíciles de hacerlos crecer bien y se acaban marchitando.
Lo mejor es que acudas a tiendas especializadas y que pidas consejo. Pero las rosas en miniatura son perfectas para las terrazas, ya que sus pequeñas raíces se adaptan mejor a las necesidades de una maceta y su talla reducida es perfecta para espacios pequeños.
Para elegir la maceta perfecta para las rosas en miniatura, lo mejor es optar por una de terracota, ya que es un material que deja respirar a las raíces. No escatimes en su tamaño: una maceta de 25-30 cm de diámetro es lo mínimo para que este tipo de rosas crezcan saludables. Evita absolutamente plásticos y macetas con bandejas de agua.
Cuidado con la tierra que le coloques a la maceta y huye de las baratas que suelen venderse en supermercados, ya que éstas tienden a secarse demasiado rápido, un gran inconveniente para el cultivo de las rosas.
En el fondo de la maceta coloca una capa de grava o bolas de arcilla expandidas para asegurarte un buen drenaje, algo esencial para evitar que se pudran las raíces. Planta las rosas en una mezcla a partes iguales de tierra para macetas, compuesto y tierra de jardín.
Si quieres utilizar fertilizantes, la forma más fácil de hacerlo es enterrando algunos granulados de fertilizante de liberación lenta: es cómodo y nos ahorra la molestia de la aplicación demasiado frecuente del fertilizante líquido.
A menos que la planta coja unas proporciones enormes, no será necesario trasplantar la planta hasta pasado mucho tiempo. Solo tienes que asegurarte de renovar la capa superior de la tierra de la maceta.